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Canal Diocesano - Popular TV

Radio Santa María de Toledo "PAN DE VIDA"

Pueden escuchar el programa de radio "Pan de Vida" del Arzobispado de Toledo, España. Programa dedicado a fomentar la Adoración Eucaristica perpetua en la Diócesis de Toledo desde que se inició en el año 2005. Lo interesante de este programa es que durante la primera media hora son testimonios de personas que participan en la adoración y cómo les ha cambiado la vida. En la segunda parte D. Jesús, sacerdote y rector de la Capilla, aclara dudas que le surge a la gente, con sencillez y fiel a la doctrina. El Horario (ESPAÑA) Jueves 20 a 21 horas-- Viernes 1 a 2 horas-- Sábado 0 a 1 horas-- Domingo 9 a 10 horas

domingo, 24 de noviembre de 2019

Domingo de la trigesimocuarta semana de Tiempo Ordinario. Jesucristo Rey del Universo.

Domingo de la trigesimocuarta semana de Tiempo Ordinario. Jesucristo Rey del Universo.



  • PRIMERA LECTURA
Ellos ungieron a David como rey de Israel.
Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-3
En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 121, 1bc-2. 4-5
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R,
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

  • SEGUNDA LECTURA
Nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12-20
Hermanos:
Damos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.

  • Aleluya Mc 11, 9. 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! R.

  • EVANGELIO
Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43
En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús, diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a si mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Éste es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Palabra del Señor.

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Si las casas hablasen…

Mira la veleta, tan deslumbrante, tan campanuda, tan engreída… Desde lo más alto de la casa, proclama a los cuatro vientos su superioridad, aunque ella misma es esclava de los vientos: «Soy rey. Estoy en la cumbre». Las ventanas, balcones y columnas, como alucinadas por el esplendor de la veleta, la miran y tiemblan, unos de miedo, y otros de admiración.
Los cimientos callan. En lo más bajo, pisados, ignorados y despreciados, habitan en lo escondido y sostienen el peso del edificio. Poco les afecta el cacareo de la veleta y el desvarío de los vientos. Un día, cuando el estúpido gallo de oro esté pronunciando su más ampuloso discurso, les bastará un leve movimiento, y toda la casa temblará, caerá la veleta y se romperán los cristales. Las piedras que estén asentadas sobre los cimientos serán arrancadas de esta tierra y llevadas al cielo por quien, desde abajo, todo lo sostenía en silencio.
Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Podéis burlaros de quien ahora calla. Pero no hay más rey que Él. Apoyad en Él vuestra vida, y viviréis para siempre. Seguid soñando que sois dioses, y, cuando Él despierte, moriréis sin remedio.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Viernes de la trigesimosegunda semana de Tiempo Ordinario.

Viernes de la trigesimosegunda semana de Tiempo Ordinario. [15-11-19]

  • PRIMERA LECTURA
Si HAN SIDO CAPACES DE ESCUDRIÑAR EL UNIVERSO, ¿CÓMO NO ENCONTRARON A SU SEÑOR?


Lectura del libro de la Sabiduría 13, 1-9
Son necios por naturaleza todos los hombres que han ignorado a Dios y no han sido capaces de conocer al que es a partir de los bienes visibles, ni de reconocer al artífice fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa y a los luceros del cielo, regidores del mundo.
Si, cautivados por su hermosura, los creyeron dioses, sepan cuánto los aventaja su Señor, pues los creó el mismo autor de la belleza.
Y si los asombró su poder y energía, calculen cuánto más poderoso es quien los hizo, pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se descubre por analogía a su creador.
Con todo, estos merecen un reproche menor, pues a lo mejor andan extraviados, buscando a Dios y queriéndolo encontrar.
Dan vueltas a sus obras, las investigan y quedan seducidos por su apariencia, porque es hermoso lo que ven.
Pero ni siquiera estos son excusables, porque, si fueron capaces de saber tanto que pudieron escudriñar el universo, ¿cómo no encontraron antes a su Señor?
Palabra de Dios.

  • SALMO RESPONSORIAL 18, 2-3. 4-5
R. El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

  • Aleluya Lc 17, 26-37
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Levantaos, alzad la cabeza;
se acerca vuestra liberación. R.

  • EVANGELIO
El día que se revele el Hijo del hombre.
     
Lectura del santo Evangelio según san Lucas, 17, 26-37


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente el que esté en el campo, no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda la recobrará.
Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán».
Ellos le preguntaron:
«¿Dónde, Señor?».
Él les dijo:
«Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».
Palabra del Señor.



Para la puerta de tu nevera

Hay recordatorios que uno pega en la puerta de la nevera, para no olvidarlos jamás. Supongo que es un lugar tan socorrido, porque siempre acabamos abriéndola en los momentos de ansiedad. Dicen que Elizabeth Taylor se hizo fabricar una nevera parlante, que, cada vez que la abría, le insultaba: «Cow! Cow!» (es decir: «¡Vaca!»).
San Pablo pide a Timoteo que ponga a Jesucristo en la puerta de la nevera: Acuérdate de Jesucristo (2Tim 2, 8). Es un recordatorio maravilloso. Busca un crucifijo con un imán, y pégalo allí, junto al aviso que te ha puesto tu hijo para que le compres la Nocilla. Además, hoy el Señor te da un post-it no muy reconfortante, para que lo añadas a esa puerta, que ya parece una pizarra:
Acordaos de la mujer de Lot.
Esa pobre señora, por mirar atrás mientras se quemaban Sodoma y Gomorra, en lugar de mirar hacia delante, al camino que Yahweh le había señalado, quedó convertida en estatua de sal. Te voy a regalar una estatua de sal con imancito, para tu nevera. A ver si así no conviertes tu oración en despacho de urgencias, donde repasas tu apretada agenda, cuando deberías buscar el rostro de Dios.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Jueves de la trigesimosegunda semana de Tiempo Ordinario (14-11-19)

Jueves de la trigesimosegunda semana de Tiempo Ordinario.

  • PRIMERA LECTURA
Irradiación de la luz eterna es la sabiduría, y espejo límpido de la actividad de Dios.
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 22-8, 1
La sabiduría posee un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, penetrante, inmaculado, diáfano, invulnerable, amante del bien, agudo, incoercible, benéfico, amigo de los hombres, firme, seguro, sin inquietudes, que todo lo puede, todo lo observa y penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles.
La sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y, en virtud de su pureza lo atraviesa y lo penetra todo.
Es efluvio del poder de Dios, emanación pura de la gloria del Omnipotente; por eso, nada manchado la alcanza.
Es irradiación de la luz eterna, espejo límpido de la actividad de Dios e imagen de su bondad.
Aun siendo una sola, todo lo puede; sin salir de sí misma, todo lo renueva y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas.
Pues Dios solo ama a quien convive con la sabiduría.
Ella es más bella que el sol y supera todas las constelaciones.
Comparada con la luz del día, sale vencedora, porque la luz deja paso a la noche, mientras que a la sabiduría no la domina el mal.
Se despliega con vigor de un confín a otro y todo lo gobierna con acierto.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 118, 89. 90. 91. 130. 135. 175
  • R. Tu palabra, Señor, es eterna.
Tu palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo
Tu fidelidad, de generación en generación;
fundaste la tierra y permanece. R.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus decretos. R.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R.

  • Aleluya Jn 15, 5
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos - dice el Señor -;
el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante. R.

  • EVANGELIO
El reino de Dios está dentro de vosotros.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas, 17, 20-25
En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:
«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».
Él les contesto:
«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí “o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».
Dijo a sus discípulos:
«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».
Palabra del Señor.



Del cielo al cielo

hijo del hombreHace unos días, alguien me dijo: «Padre, he encontrado a Dios dentro de mí». Me alegré, porque gran parte de los cristianos tienen un cielo en el alma, y mueren sin haberlo encontrado. Tendrán que recorrer, más allá de la muerte, el camino hacia el cielo que no recorrieron en vida. A eso llamamos Purgatorio.
Mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros. A ese lugar, en el centro mismo del alma en gracia, donde reina Dios, se refiere Jesús. Recógete y búscalo en el silencio. Cuando lo encuentres, atraviesa el umbral, y quédate a vivir allí, porque allí todo es alegría. Por fuera, en tu cuerpo, en tus afectos, y en el mundo, la muerte y el dolor van ganando terreno, porque es necesario que el cristiano –como Cristo– padezca mucho y sea reprobado por esta generación. Pero, mientras eso sucede, el hombre interior, refugiado en el cielo del alma, vive en permanente fiesta.
Recogido allí, en medio de las tribulaciones de esta vida, esperas a que Jesús vuelva. Y cuando toda carne, al fin, calle ante el Señor, serás revestido de gloria. Habrás pasado, de la dicha de la gracia, a la bienaventuranza de la gloria.

viernes, 29 de abril de 2016

Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde

 “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. Quien no me ama no guarda mis palabras. La palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Estas cosas os las he dicho estando con vosotros, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todo y os recordará todas las cosas que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy. No como el mundo la da Yo os la doy. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os dije: «Me voy y vuelvo a vosotros». Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que Yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis”.
[Jn 14,23-29]

«Si alguno me ama, guardará mi Palabra»







El Evangelio de este VI Domingo de Pascua, como el del Domingo pasado, también está tomado de las palabras de despedida de Jesús, pronunciadas durante la última cena con sus discípu­los. De aquí se puede deducir su importan­cia; son las últimas recomendaciones de Jesús y la promesa de su asis­tencia futura. Jesús había anunciado su partida en estos términos: «Hijitos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros... adonde yo voy vosotros no podéis venir» (ver Jn 13,33). Como era de esperar, los discípulos se han quedado sumidos en la triste­za, y también en el temor. ¿Quién velará ahora por ellos? Ellos han creído en Jesús, pero ¿quién los sostendrá en esta fe, que los había puesto en contraste con la sinagoga judía? Por eso, junto con anunciar su partida inminente, Jesús asegura a sus discípulos que volverá a ellos: «Me voy y volveré a vosotros». Y no vendrá Él sólo, sino el Padre con Él; y no sólo en una presencia externa, como había estado Él con sus discí­pulos hasta entonces, sino que establece­rán su morada en el corazón de los discípu­los.

 

Para esto, sin embargo, hay una condi­ción que cum­plir: «guardar su Pala­bra». Esa «Palabra» es el don magnífi­co que trajo Jesús al mundo y la herencia que le dejó después de su vuelta al Padre. Han pasado más de veinte siglos y en todo este tiempo el empeño constante de los discípulos de Cristo ha consistido precisa­mente en «guar­dar su Palabra» con la mayor fideli­dad posi­ble. Este es también nuestro empeño hoy. ¿Qué se consigue con todo esto? Como dijimos, esta es la condi­ción para que Jesús venga a sus discí­pu­los: «Si alguno me ama, guardará mi Pala­bra, y mi Padre lo amará, y ven­dremos a él, y haremos morada en él». Pero, ¿cómo hacerlo? El detonante es el amor a Jesús. Sin esto no hay nada. Porque lo amamos a Él y anhelamos su presen­cia, y la del Padre, en nuestro corazón, por eso, guarda­mos su Palabra. Entendemos entonces cuando Jesús nos dice que «mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11, 30).

 

Solamente amando a Jesús podremos vivir de acuerdo a su Palabra. «Todo lo duro que puede haber en los mandamientos lo hace llevadero el amor… ¿Qué no hace el amor? Ved cómo trabajan los que aman; no sienten lo que padecen, redoblando sus esfuerzos a tenor de sus dificultades» (San Agustín, Sermón 96). Para más claridad Jesús agrega: «El que no me ama, no guarda mis palabras». Éste vive ajeno a Jesús y al Padre, dejándose arrastrar -y esclavizar- por los crite­rios y concupiscencias del mundo. El único signo inequívoco de que alguien ama a Jesús verdaderamente es que atesore en su corazón la palabra de Jesús y viva conforme a ella como nuestra querida Madre María siempre lo hizo «su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón» (Lc 2,52). Esto quiere decir «guardar su palabra».

 

Dada su importancia, Jesús se detie­ne a explicar un poco más la expre­sión «guardar su Palabra». Obviamente Jesús no se refiere a una preocupación arqueológica, como si se trata­ra de conservar cuidadosamente los códices en que están escritos los Evange­lios. Jesús no está hablando de algo material. Por eso agrega: «La Palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado». Aquí está expresado un salto inmenso de fe: los discípulos escu­chan hablar a Jesús, pero deben creer que esas palabras que él pronun­cia son Palabra de Dios, y que de Dios proceden. En diversas ocasiones Jesús repite esta verdad: «Yo no hago nada por mi propia cuenta, sino que lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo... lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí» (Jn 8,28; 12,50).
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

miércoles, 13 de marzo de 2013

Palabra de Dios en la vida de la Iglesia

Redescubrir el puesto central de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia quiere decir también redescubrir el sentido del recogimiento y del sosiego interior.

jueves, 10 de enero de 2013

"Cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás". Winston Churchill