viernes, 20 de noviembre de 2009
El Día del Señor...
Hermanos, vosotros no vivís en tinieblas; por tanto el día del Señor no debe sorprenderos como si fuera un ladrón.
1 Tes 5,4
"La lámpara de tu cuerpo son tus ojos; si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará iluminado; pero si están enfermos, tu cuerpo estará oscuro. Cuida por tanto, de que la luz que hay en ti no esté apagada."
(Lc 11,34)
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Te has fijado cómo se consume la vela?
ResponderEliminarDa luz, disipa tinieblas, pero a costa de su propia existencia; se va consumiendo, deshaciendo, desapareciendo...
Cuando más luz dá, menos le queda para ella.
Y cuando ya no puede ser útil, deja de existir.
Así tenemos que ser nosotros: debemos dar luz a costa de nuestra muerte total.
Este ha de ser nuestro programa de vida: dar la felicidad a los otros, aunque ello suponga que nosotros nos deshacemos y desaparecemos.
Cuando la madre da la vida a su hijo, pierde algo de sí; pero ella no desaparece del todo; queda en su propio hijo; en su hijo cobra nueva vida, más jóven, más llena de posibilidades.
Es hermoso llegar al final de la vida teniendo conciencia de que nos hemos consumido por el bien de los demás.