(1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Un Camino muy simple«Que os améis unos a otros como yo os he amado»
Yo digo siempre que el amor comienza en casa. Lo primero es vuestra familia y después vuestra ciudad. Es fácil pretender amar a los que están lejos, pero mucho menos fácil es amar a los que viven con nosotros o muy cerca. Desconfío de los proyectos impersonales porque lo único que cuenta es cada persona. Para conseguir amar a alguien es necesario estar cerca de ella. Todo el mundo tiene necesidad de ser amado. Cada uno de nosotros tiene necesidad de saber que es alguien para los demás y que es de un valor inestimable a los ojos de Dios.
Cristo dijo: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado».
Y dijo también: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40).
Es a él a quien amamos en cada pobre, y cada ser humano en la tierra es pobre en alguna cosa. Dijo: «Tuve hambre y me disteis de comer. Estuve desnudo y me vestisteis » (Mt 25,35). Siempre recuerdo a mis hermanas y a nuestros hermanos que nuestra jornada está compuesta de veinticuatro horas con Jesús.
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