A veces me he preguntado cuantos ancianos de más de 80 años están al frente de empresas pequeñas o medianas familiares, trabajando muchas horas cada día. Creo que serán muy pocos. La mayor parte están disfrutando de una bien merecida jubilación, con las limitaciones de salud, propias de esa edad.
Benedicto XVI, con 83 años, cumple en abril su quinto año al frente de la institución más grande del mundo, no exenta de problemas en una sociedad muy compleja, a una edad en la que otros realizan actividades sin especial responsabilidad. Sólo ese dato dice muchas cosas a su favor. Entre su abundante trabajo están los textos que escribe para su publicación y para discursos.
El Papa tiene detractores que son más aficionados a los titulares entrecomillados y glosados que a acudir directamente de las fuentes. Y precisamente leer sus escritos es una de las mejores formas que hay de conocerle y de ser justos en los juicios que se hacen de él.
Este brevísimo vídeo me gusta porque recoge al Papa que explica la doctrina cristiana a unos niños razonada y emotivamente:
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