Por Ana Teresa Ongay de Espinosa (*)24/03/2010
“Donde abundó el pecado, abundó la gracia”. Romanos 5, 20
El jueves 25 de marzo festejaremos en la parroquia de María Inmaculada seis años de Adoración Eucarística Perpetua.Así como nosotros, varias capillas de Adoración Eucarística Perpetua (12 en Yucatán han festejado 6, 4, 3 años de esta bendición).
El 21 de marzo el Santo Padre Benedicto XVI escribe una carta en donde reconoce que los acontecimientos que están sucediendo en el mundo y en especial en nuestra Santa Madre Iglesia han oscurecido tanto la luz del Evangelio como no lo habían hecho siglos de persecución.
¿Por qué nombrar esta situación tan triste en un momento tan feliz de nuestra parroquia? Diagnosticando el Santo Padre las causas de todo lo que estamos viviendo, recalca a los irlandeses (situación vivida en todo el mundo) que en las últimas décadas la Iglesia ha tenido que enfrentarse a nuevos y graves retos para la fe debidos a la rápida transformación y secularización de la sociedad en general. El cambio social ha sido muy veloz y a menudo ha repercutido adversamente en la tradicional adhesión de las personas a las enseñanzas y valores católicos.
Asimismo, las prácticas sacramentales y devocionales que sustentan la fe y la hacen crecer, como la confesión frecuente, rezar el Rosario, la oración diaria, la comunión en la misa los domingos y fiestas de guardar (mínimo), se han dejado con frecuencia a un lado. Hoy Irlanda nos puede servir de llamada de atención, no para juzgar, sino para orar por ellos y aprender del error.
El papa Juan Pablo II con su carácter de Pastor de la Iglesia, su visión mundial y su inspiración divina nos invitó a abrir capillas de Adoración Eucarística Perpetua, respondiendo a la pregunta que muchos se hacen de dónde está Cristo hoy en la Tierra. Está en el Santísimo Sacramento, donde nos dice: “Vengan a mí todos los que están afligidos y yo los aliviaré”.
Hoy vivimos momentos de pecado de nuestra Santa Iglesia, no sólo representada por los sacerdotes y religiosos que están pasando por esta dolorosa prueba, sino por todos nosotros los católicos que estamos haciendo a un lado los mandatos que Dios nos ha dado desde la creación.
Ante la ausencia o alejamiento al Bien Supremo o Divina Sabiduría, nosotros los seres humanos quedamos indefensos, débiles para caer en cualquier tentación.
52,560 horas de adoración eucarística en nuestra parroquia de María Inmaculada, así como en las otras “12 capillas en todo Yucatán”, son una abundancia de gracias que Dios nos da a cada persona que acudimos, a nuestras familias y a todos por los que pedimos en ese momento de cercanía a Jesús Eucaristía.
Contamos con un número significativo de capillas en todo el mundo y el número de adoradores sigue aumentando, día a día.
En la capilla de adoración nadie te limita en horario (las 24 horas del día), lugar (12 capillas en Yucatán), edad (pueden ir niños, jóvenes, adultos y ancianos), situación de vida (casado, divorciado, segundo matrimonio, unión libre), así como en algún momento de pecado.
Te invitamos a que te unas al grupo de privilegiados. El único requisito es buscar tiempo y querer estar con Jesús Salvador y Redentor nuestro.—
Mérida, Yucatán, marzo de 2010 (*)
Coordinadora general del grupo de Adoradores de María Inmaculada.
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